Lo que realmente hace la pintura antióxido es crear una capa impermeable que impide que la humedad y el oxígeno lleguen a las superficies metálicas; sin esa interacción, el óxido no se desarrolla. También se sabe que con estas pinturas se ralentiza el ritmo de la corrosión, ya que posee compuestos químicos que impiden que la humedad y el oxígeno corroan cualquier metal con el que entre en contacto.
Las fórmulas de las pinturas inhibidoras de óxido se han perfeccionado a lo largo de los años; de este modo, no sólo se adhieren firmemente a las superficies metálicas, sino que también son fáciles de aplicar, por lo que pueden utilizarse en diferentes acabados metálicos de todo tipo: automóviles, locomotoras, caballetes o puentes.
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También vale la pena mencionar que la pintura antioxidante ya no requiere un activador o catalizador para aumentar su eficacia en la prevención de la corrosión, lo que significa que no se necesita ninguna preparación o técnica especial para utilizarla correctamente.
Y como es muy fácil de aplicar, no se necesita un profesional para pintar sobre cualquier cosa en la que se desee prevenir la corrosión. Puede utilizar una brocha típica, un rodillo o un equipo de pulverización para aplicar correctamente la pintura antioxidante.
La ventaja más importante de utilizar pinturas antioxidantes es que puede ahorrarle mucho dinero en reparaciones, parches y sustituciones. El óxido es una gran molestia; mancha y crea un aspecto desagradable y, al mismo tiempo, compromete la integridad estructural de los componentes de acero. Por eso los coches oxidados no tienen un precio de venta elevado; no sólo son feos, sino que además se necesita mucho dinero para revertir el impacto del óxido en un vehículo.
El óxido o la corrosión crean una salida de dinero innecesaria; por lo tanto, si puedes evitar que se produzca con la ayuda de una pintura inhibidora del óxido.
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