¿Sabías que los colores para pintar una casa pueden cambiar drásticamente el estado de ánimo y el diseño interior de un hogar? La pintura de tu casa puede hacer una declaración con toques de colores llamativos, o puede ser un telón de fondo suave para un interior más apagado.
De cualquier manera, pintar es una de las cosas más fáciles y menos costosas en el mundo del diseño de interiores. Sin embargo, hay algunas cosas que debes saber antes de pintar, cosas que harán que tu trabajo sea mucho más fácil. Nunca se sabe, es posible que disfrutes pintando después de leer esto.
Preparar una habitación hace la diferencia
Es un hecho conocido que pintar es mucho más fácil cuando no hay nada en tu camino. Esto significa vaciar la habitación, o al menos tanto como sea posible. Si estás pintando tu sala, mueve los muebles grandes al centro y cúbrelos con sábanas viejas o telas protectoras.
Aunque limpiar las paredes parece un paso innecesario, es un paso muy importante. Ya sea que puedas verlo o no, hay acumulación de suciedad en las paredes, polvo y aceites de tus manos. Eliminar estos escombros antes de pintar permitirá que la pintura se adhiera a las paredes.
También debes rellenar los orificios de los clavos o las grietas con resanador. Además, necesitas pegar con cinta las paredes adyacentes, las molduras de las ventanas, los interruptores de luz o las cubiertas de los tomacorrientes. Usa trapos, periódicos o un rollo de papel para cubrir el piso.
Permite que el color entre en tu casa
El color puede resultar abrumador para algunos. Pero no dejes que el miedo al color te haga elegir solo entre el blanco o el beige. Probar algunos colores diferentes te permitirá crear una sensación específica en la habitación. Por ejemplo, los colores oscuros añaden textura y profundidad al espacio. Esto es particularmente cierto si la habitación es muy grande con techos altos.
Por otro lado, si tienes una habitación pequeña, como un baño para invitados sin luz natural, los colores más brillantes y claros pueden abrir el espacio y hacer que se sienta mucho más grande. Experimenta para ver cómo funciona, ¡puede que te sorprendas!
Prueba el color de la pintura
Es muy difícil determinar cómo se verá un color en particular en tus paredes y con tu iluminación. Si tienes un color en mente, es una buena idea comprar una muestra.
Deja que la pintura se seque y observa el color tanto de día como de noche. Esto te dará una idea real de cómo se verá el color en tus paredes. Si no estás seguro del color, compra algunas muestras y haz lo mismo.
Asegúrate de probar las muestras de color antes de comprometerte con un color de pintura. Te puedes llegar a sorprender del resultado final de los colores que realmente te gustan, y de que tu color favorito en la muestra no se ve como imaginabas.
Presta atención al acabado que elijas
Sorprendentemente, no solo importa el color, sino también el acabado o el brillo. Los acabados de pintura de alto brillo son muy duraderos y más fáciles de limpiar, pero la desventaja es que a menudo resaltan las imperfecciones en las paredes.
Por otro lado, un acabado de pintura mate ocultará estas imperfecciones. Sin embargo, la pintura mate es más susceptible a dañarse y, en la mayoría de los casos, la mejor opción es un acabado de cáscara de huevo.
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